Las personas que me conocen, saben como soy, y me describen como una persona buena, y con gran corazón. Cuando ayudo a alguien, lo hago porque me nace y no pido nada a cambio, pero lógicamente, cuando yo lo necesito me gusta que esa persona esté ahí para ayudarme y no para ponerme la zancadilla, aunque este no sea hora mismo el caso que quiero transmitir.
Desde hace tiempo conozco a una persona, que ha tenido una vida muy difícil, por circunstancias y por méritos propios. Le he ayudado, siempre, en lo que ha estado en mi mano, y ahora que se ha recuperado, ni me mira a la cara, y eso es lo que me jode, pues yo soy amiga para lo bueno y lo malo.
Y es que cómo dice el refranero español "Siempre ha habido ricos y pobres" y "No hay peor cosas que un pobre harto de pan"
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