Hace tiempo perdí el gusanillo que vibraba cuando sonaba el teléfono y veía que eras tú.
Perdí toda la ilusión que apareció de la nada, una noche de miradas y palabras.
Desapareció la intensidad de lo que sentía, cuando alargaste la agonía de no vernos.
Ayer, todo esto cambió; vi tu llamada y rápidamente te llamé,. Imaginé que era para aceptar la invitación que te hice, y casi, casi...
Desde entonces, imagino como será nuestro reencuentro, raro, atípico, aqui no ha pasado nada...no sé. Tengo una sensación rara; por un lado, me gustaría que todo fuese como en un principio empezó a ser y dejamos los dos pasar, por otro, te tendré como amigo, y no sé lo que nos deparará el tiempo, eso sí, si hay segunda parte tenemos que luchar para que salga bien la cosa, pues segundas partes no son buenas.
De momento voy a dejar de pensar, esperaré tu respuesta afirmativa o negativa y seré yo misma contigo, lo que pase será porque tenga que pasar y entonces veremos las posibilidades.
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