La venta, genera mucha codicia, y a veces se hacen cosas sin pensar que pueden perjudicar a los demás, aunque las hagamos con buena intención.
Hace unos días, estuve atendiendo a un cliente, que me desesperó. Había venido 6 veces a ver electrodomésticos y por fin, se los iba a llevar (ahora sólo tenía que elegir entre dos modelos de cada cosa), pero la cosa tardó más de la cuenta. Me llevé más de 45 minutos con él, y cuando ya lo tenía casi todo decidido, se mete en la venta una compañera y empieza a marearle más. Mi cara se me descompuso (soy muy expresiva), y cuando terminé de atender al cliente me fui a mi casa con una mala ostia del carajo.
Mi compañera se díó cuenta, y al día siguiente me invitó a un café, para disculparse, y yo acepté.
Mucha gente me ha dicho que ellos no lo hubieran hecho, pero yo pienso que a la gente hay que darles una segunda oportunidad y más cuando se han dado cuenta de que han metido la pata, asi que espero que esto no se vuelva a repetir por el bien de las dos.
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