Llevo algo más de un mes sin escribir en el blog, y no es porque ya no tenga ganas o nada que contar, sino porque ahora, como hace tiempo, vuelvo a tener dos trabajos.
Por fin me llamaron para el trabajo de teleoperadora, del cual hice el curso en enero. Nos volvieron a dar fecha para entrar, y nuevamente nos lo retrasaron, pero esta vez sólo 2 días, y por fin arrancamos. Ya llevo 10 días trabajando, y aunque estoy muy contenta, porque con este sueldo, sí voy a vivir, es un trabajo que me estresa hasta la saciedad, pues tengo que llamar a los clientes desde las 9 de la mañana hasta las 3 de la tarde para venderles un servicio nuevo.
A esto le añadimos, que en menos de dos horas, tengo que llegar a casa, comer, cambiarme de ropa, maquillarme, bajar a la ciudad e incorporarme a vender electrodomésticos, donde paso 4 horas y vuelta para casa.
Estoy tan cansada, que es raro el día que no me quedo dormida en el sofá antes de las doce de la noche, pero es lo que hay y tengo que aprovecharlo.
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