Las fotos anticuadas del CIS
Hace 5 años
Con este blog deseo expresar mis sentimientos, tanto del corazón como los más viscerales, que suelen ser de mi tierra.
Ya se ha publicado un par de cosas mias en este medio, gracias a un amigo, y ahora por fin me he decidido yo a publicar un blog.
Espero que os guste.
Por cierto, se admiten comentarios. También criticas constructivas, por supuesto.
Muchas gracias.
Anchama.
Ya se ha publicado un par de cosas mias en este medio, gracias a un amigo, y ahora por fin me he decidido yo a publicar un blog.
Espero que os guste.
Por cierto, se admiten comentarios. También criticas constructivas, por supuesto.
Muchas gracias.
Anchama.
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| EL CUENTO NÚMERO TRECE | 15:00 |
El domingo, de vuelta a casa de un viaje relajante, me terminé el libro "El cuento número trece". Llevaba en la estantería varios años, esperando a que lo cogiera y lo leyera, y el mes pasado por fin me decidí, pues como muchas veces digo, yo leo según mi estado de ánimo.
Este libro me ha valido para olvidarme de mi vida, pues me ha envuelto en sus tramas, y la verdad que al principio me ponía la carne de gallina, pero con el paso de la historia, ya me encontré más agusto con la lectura. Al final, pasó lo que más o menos mi cabeza ya sabía.
Es un libro cautibador, que te pide que sigas leyendo para ver que ocurre. Me ha encantado la mezcla de dos historias en una, la historia de Margaret, biografa, escribiendo la vida de Vida Winter, también escritora.
Datos del libro:
Nombre: El cuento número trece- ( The thirteenth tale)
Autor: Diane SetterfieldSinopsis: Margaret Lea no sabía mucho sobre Vida Winter. Aunque, dado el carácter hermético de la escritora, poco o nada era lo que el común de los mortales sabía de ella. Margaret, sin embargo, conocía de la existencia de un curioso libro de la autora con una docena de relatos, cuyo decimotercer texto no era sino un error de cubierta y el único vestigio de un escrito que jamás había llegado a ver la luz: El cuento número trece. Una ausencia con un aura de leyenda, y, quizás, el motivo por el que Vida Winter se había decidido a hablar en el final de sus días.
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