Ayer empecé una nueva aventura, que es dar clases de ajedrez a niños de distintas edades que están en el colegio.
Para ser la primera vez, no se me dió mal, simplemente que veo complicado lidiar con algunos niños, pues tienen un vocabulario fuera de lo normal para su edad o se limitan a pegar al más débil, y tú los puedes llamar la atención y poco más.
Es un proyecto, que se hace a nivel de colegios en actividades extraescolares, y está organizado por un club de ajedrez, que nos comentó que nos federaría a los profesores y demás.
Todo está muy en el aire, y yo tengo un moscardón detrás de la oreja, pero tal y como está el patio, voy a probar, pues mi trabajo está enfrente de mi casa, y veremos como se nos da este mes. Por lo pronto, son dos horas a la semana que dejo de dar vueltas a mi cabeza.
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