Hace dos semanas, un compañero de natación (de cuando yo nadaba) organizó una quedada con sus diversos amigos para despedirse, pues se va definitivamente a vivir a Argentina, por amor.
A pesar de que estaba muy cansada decidí ir, y tomarme sólo una cerveza y para casa a descansar, y como me suele ocurrir, la cerveza terminó en una discoteca y recogiéndome a las 6 de la mañana. Pero mereció la pena, pues conocí a una gente estupenda, y es que hay que aprovechar los momentos que te da la vida para abrir el circulo de amistades, que hoy en día es tan complicado.
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