Otegi pidió salir de prisión por la salud de su hija, su esposa y su padre. Su padre está enfermo y su hija en tratamiento psicológico desde su detención. Razones humanitarias las que alega. Para él, claro, no para las víctimas de Eta, a cuyos miembros homenajea cuando tiene oportunidad. La Audiencia Nacional lo condenó por el discurso que pronunció en 2005 en homenaje al etarra Sagarduy, condenado por tres asesinatos. Hay que preguntarse si su hija no ha sufrido antes problemas psicológicos por su actividad política, que incluye no condenar los crímenes de Eta y enaltecer a miembros de una organización asesina. Alegar razones humanitarias para la libertad de uno mismo es una desfachatez cuando no se han considerado éstas para las victimas del terrorismo. Muchas hijas han quedado huérfanas por Eta y sufrirán secuelas de por vida. Precisamente la primera victima de Eta fue una niña que tenía los mismos derechos que la hija de Otegi.

Esta es una carta que envia Antonio Nadal de Zaragoza al diario 20 minutos y se ha publicado hoy viernes 26 de marzo de 2006. Expresa muy bien, los derechos que este tipo proclama para él y su familia, basándose en razones humanitarias, cuando él apoya que otras personas no los tengan y ahí se olvida que también son razones humanitarias.Se olvida que la libertad de un ser humano no se ha de terminar cuando empiece la de otro, y que hay que respetar para ser respetado.

Yo a este individuo no le daba ni agua, y a la pobre de su hija, que asista a un psicólogo o psiquiatra como hemos tenido que hacer muchas victimas de Eta, que sin comerlo ni beberlo nos hemos visto en ese embolado.