En este mes de puro apogeo comercial, donde las grandes superficies se convierten en hervideros humanos, hay miles de personas que trabajan sin parar para que estas tiendas amplien sus beneficios de ventas, sin pensar en el trabajador.
Este año no es mi caso, pues aunque trabajo en un comercio yo no tengo firmado los domingos ni los festivos, pero me he visto otros años, y aun sigo viendo a mis amigos y compañeros, que desde el 8 de diciembre que se libró y hasta el 24 del mismo tienen que estar dando el cayo, sin un día de permiso, con su sonrisa puesta, y su buen humor para que el cliente se vaya satisfecho con la compra y con la atención. Da igual la vida del vendedor, de si ese domingo o festivo se ha tenido que buscar una canguro para que le cuide a sus hijos, o bien dejarselo a los tan "amables" abuelos. Da igual que ese vendedor no tenga tiempo para él, para comprar lo suyo, para disfrutar de su familia, de sus amigos, e incluso de su soledad.
Y la culpa no la tienen sólo los comerciantes, pues ellos miran su beneficio (lo que hacemos todos), la culpa la tenemos todos, si, si, han leído bien. La tenemos todos, porque los centros comerciales abren de 10 a. m a 10 p. m. , en total 12 horas diarias, de lunes a sabado, lo que supone un total de 60 horas semanales, donde uno puede ir a comprar ininterrumpidamente a cualquier hora del día.
Si nos unimos y no vamos ni domingos ni festivos a comprar, los centros comerciales no tendrán beneficios, y por tanto tampoco les interesará abrir. Los trabajadores podrán tener su tiempo, y serán más agradables pues tendrán sus descansos correspondientes.
Si no sabeis que hacer esos festivos o domingos sugiero algunas cosas, como disfrutar de la familia con unos juegos de mesa, la wii, yendo a pasar el día a la sierra o al campo, ir a merendar chocolate con churros, como haciamos antaño, leer un buen libro...hay tantas cosas por hacer.

Y dejemos de ser tan consumistas, al menos los domingos y festivos.

Anchama