El sábado fue mi cumpleaños. Lo celebré con mi familia el sábado y con algunos amigos el domingo. A mi me encanta celebrar mi cumpleaños, reunirme con mis amigos y echar la tarde o el día juntos. Me gusta celebrarlo "a lo grande": con una barbacoa en el parque periurbano, pero con el paso de los años y las decepciones, voy bajando el nivel. Disfruto lo mismo, pero con menos quebraderos de cabeza.
La semana pasada cree un grupo de difusión para invitar a mis amigos, y a medida que me iban diciendo que no los quitaba y el resto se quedaban. Como establecí una fecha y hora límite para contestar, el que no contestó también fue eliminado de la lista.
Este año busqué un bar donde me dejaron llevar la tarta y tenía que saber las personas que éramos para el sitio y para la tarta, ya que me la tienen que hacer especial por mi intolerancia a la lactosa.
Las excusas que me han puesto algunas personas, a las que yo considero amigos y por lo que se ve la amistad no es bidireccional, han sido de lo más variopintas.
-"Anlly yo no voy a ir, porque el sábado voy a la feria de mi pueblo y el domingo a las 6 pm estaré con resaca". (perdona...? Vas a estar de resaca o en coma etílico?)
- "Anlly lo siento. Es la feria de mi pueblo y salgo el sábado, así que el domingo estaré descansando. (Vamos, que te he invitado a un café por la tarde no a una maratón)
Otro año, una chica que me confirmó que venía me llama una hora antes y me dice, palabras textuales: "Anlly que no voy, que voy a echar un polvo" y yo flipando... En fin
Con esto, me di cuenta por que ya las personas no celebran sus cumpleaños:
Lo primero, porque parece que nos molesta hacernos "viejos" en vez de mirarlo como un año más de vida, de experiencias...
Segundo, porque los amigos de verdad ya no existen. Existen los compañeros de trabajo, de gimnasio, de baile, los amigos del momento... Y quizá con ellos la relación no es tan intensa o madura como para compartir tu día con ellos, o si.
Tercero, porque ya la gente no quiere una tarde de charla y risas. Hoy lo que de verdad importa es el ponerse ciego de alcohol y pillar cacho.
Y todo esto es una pena, porque disfrutar de tus amigos, aunque sean pasajeros, echar una tarde de risas y reencontrarte con personas que ves de tarde en tarde y les tienes mucho cariño y te demuestran que es mutuo, es uno de los mejores placeres de la vida.
Este domingo celebré mi 44 cumpleaños rodeada de 11 personas que valen la pena. Nos lo pasamos genial y con eso me quedo.