El domingo pasado conocí en persona a Ortega Lara, el funcionario de prisiones que secuestró Eta y estuvo encerrado 532 días hasta que lo liberó la Guardia Civil.
Me emocioné hablando con él, porque se me vino a la memoria, todo su secuestro, lo que este hombre pudo vivir encerrado en un zulo con unas dimensiones de 3 metros de largo, por 2,5 de ancho y 1,8 de alto y con una bombilla de luz, Le llegué a preguntar cómo hizo para sobrevivir, para no volverse loco...y dejó pendiente la respuesta. A pesar de todo lo que vivió le vi una persona muy cuerda, con la cabeza bien amueblada.
Para mi, es un ejemplo a seguir, pues aunque es una víctima del terrorismo, mediática por ser el secuestro más largo de España, no vive del victimismo.
Me acordaré de él, y cogeré fuerzas, cuando se me caiga la casa encima.