No sé como tiro de mi cuerpo, con mi mal estar, mala salud, todo lo que me está rodeando y las cosas que me acontecen.
No me miro al espejo porque mis ojeras serían las muletas que usaría en caso de tropezar. No quiero ver, como los ojos de los que tanto presumo están triste, pequeños, brillantes, de cansados, apagados...
Pero todos los días me preparo para la batalla, llevar el día lo mejor que pueda, hacer mis cosas, gestionar lo de mi padre, sacar tiempo para mis otras cosas, y a correr que toca mantener el trabajo y hacer para ello muchas ventas, así que, a las 3, estoy con mi "bebida energética" de medio litro para que me cargue las pilas, porque sino, no sé que ni cuanto tiempo va a ser de mi.
A veces hay que desconectar y ahora tengo exceso de conexiones.