Ayer operé al Coco de un quiste bastante grande que tenía en la boca. Por suerte, era mejor de lo que pintaba. Y como él, tiene que dar la nota donde quiera que va, pues hizo de las suyas en el veterinario. Cuando me lo dieron me comentaron su aventura, y lo trasto que es.
Para traérmelo a casa fue todo un chou, pues no tenía fuerza en las patas traseras y me tiró para meterle en el coche, en ese momento se veía tan bueno e indefenso!!! Pero ya hoy está bien, confirmado!!! Ladra a cualquier perro que escucha o niño que le molesta!
También operamos de la oreja a la Coca, su madre, esta vez con una anestesia especial, pues la última operación por poco nos quedamos sin ella. Le han puesto una esponja en la oreja para que le absorba toda la sangre y se le quite de una puñetera vez el otohematoma. La pobre, anda con una campana y la oreja vendada, pero con el genio que tiene no sé cuanto le va a durar.
Lo importante, que los dos perros están recuperándose.
Y es que cuando se tienen animales, hay que cuidarlos!
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