Quien me iba a decir a mi hace 20 años que este día llegaría! Y por fin llegó!
El camino no ha sido fácil, pues meterse en una hipoteca sola, sin trabajo estable y con unos pocos ahorros es como tirarse a una piscina sin saber nadar.
Pero soy una guerrera, y lo que quiero lo consigo!
Han sido años de renuncia a viajes, ropa, caprichos...pero hoy por hoy me alegro.
Mi casa es mía. Nadie me puede echar. Puedo venderla y mudarme, puedo alquilarla y empezar de nuevo en otro sitio o, puedo, y de momento (no sé si a corto o medio plazo) seguir aquí y hacer algunas que otras mejoras.
Tener mi casa, no ha sido producto de suerte, sino de trabajo y esfuerzo.
Y para los que dicen que hoy en día no se puede, decirles que NO, que se puede, pero hay que priorizar.
Ole mis ovarios!
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